¿Los españoles se llevaron el oro y la plata?


En la actualidad, a nivel mundial, el Perú es el quinto productor de oro y el segundo de plata. Desde hace bastante tiempo el Perú exporta grandes toneladas tanto de oro como de plata al mundo.

Lo tragicómico es que aún hay peruanos, en particular aquellos con poca formación académica, que aún andan diciendo que los españoles se “robaron” el oro y la plata, como si de una excusa lastimera se tratara para explicar el tercermundismo que nos aqueja. El oro y la plata están aquí, en la actualidad, y cada año exportamos inmensas cantidades al exterior.

Vale recordar que para los incas tanto el oro como la plata, no tenían ningún valor económico.

También teniendo en cuenta que, tras la conquista, estos territorios pasaron a formar parte del territorio español, casi toda América era territorio de España, el Virreinato del Perú era un reino o una provincia de ultramar de España, nosotros fuimos España durante casi tres siglos.


Como cuando los incas se expandieron desde el Cusco hacia otros lugares, conquistando o sometiendo a numerosos pueblos (algunos contra su voluntad), su territorio paso a ser el imperio más extenso de la América prehispánica, el territorio inca ocupó desde el sur de Colombia, pasando por Ecuador, Perú, Bolivia, hasta el centro de Chile y el norte de Argentina. Llegado el momento, el territorio inca fue incorporado al territorio español, a la Monarquía Española y, por ejemplo, a la nobleza indígena se les reconoció sus títulos nobiliarios y se les concedió sus correspondientes privilegios, que luego perderían con la independencia. Los indígenas tenían sus derechos y podían acceder a educarse en las parroquias, ocupaban cargos políticos en sus comunidades, podían comerciar al igual que criollos y peninsulares y hasta hubo indígenas que tenían esclavos. Como en toda época también hubo injusticias, hasta en la actualidad hay injusticias ¿por qué en el pasado no las habría?

¿Cómo los españoles “robarían” algo si este territorio fue territorio español? Por ley un porcentaje de lo extraído debía ser destinado a la Península, lo que se llamó el quinto real. Es como en la actualidad, los minerales que se extraen de ciudades como Cerro de Pasco o La Oroya, parte de lo obtenido se queda en Lima, pero no por ello en Lima están “robando” las riquezas de otras provincias, esto corresponde a un tema de gestión de los diferentes presupuestos del estado.

Los españoles en América fundaron innumerables ciudades, fundaron más de una veintena de universidades mientras que los ingleses en América del Norte recién fundaron su primera universidad dos siglos después y los portugueses nunca fundaron ninguna, la primera universidad de América está en Lima. Crearon iglesias por doquier e introdujeron a los nativos al cristianismo, quienes dejaron sus religiones politeístas algunas que les pedían sacrificar niños o abrirles el corazón por una religión en la cual Dios entregaba a su hijo para limpiar nuestros pecados.

El Imperio Español se convirtió en la primera potencia del mundo y nosotros como Virreinato del Perú fuimos una parte importante en la estructura del reino. Lima o Ciudad de México tenían una calidad de vida superior a la de Paris o a la de Londres. Por ello nunca existió una corriente independentista propia, el Perú fue independizado por extranjeros relacionados a la masonería como San Martín y Bolívar que trabajaron a favor de los intereses ingleses. El Perú era el centro realista del continente, desde donde se enviaban las órdenes para frenar a los anticristos independentistas. Hay historiadores que afirman que, más que independizarse de España, en América del Sur, los demás países se estaban independizando del Perú.

Tanto Inglaterra como Francia buscaron la destrucción del Imperio Español, en América solo existían cuatro virreinatos y algunas capitanías generales, después de las independencias nos convertimos en veinte países pequeños enfrentados los unos a los otros endeudados con Inglaterra, el Imperio Español del cual formábamos parte y su liderazgo mundial cayó, para cederle el lugar a países como Inglaterra o Estados Unidos que nos endeudaron hasta el cuello. Ellos tomaron el liderazgo, nosotros caímos.

No se puede aceptar más aquella afirmación del “se robaron mi oro y mi plata”, y de la manera más majadera achacarles a los españoles en la actualidad responsabilidad porque ellos nada tienen que ver con sucesos que se cometieron hace ya cinco siglos.

Regimos el mundo trabajando en unión y hermandad, tenemos el mismo idioma y la misma fe, solo volviendo a juntar fuerzas volveremos a liderar el mundo como alguna vez lo hicimos, caminando solos, imposible.

En la unión está la fuerza.